La decisión del peronismo en Chubut de dirimir candidaturas mediante internas representa una oportunidad para resetear el movimiento y recuperar visibilidad en tiempos en que la política muchas veces parece estancada en lógicas verticalistas o en acuerdos cerrados entre cúpulas.
El duelo que se avecina -el próximo domingo 3 de agosto- entre Juan Pablo Luque encabezando “Arriba Chubut” y Dante Bowen al frente de la lista “Primero la Patria” permite entender la interna como un punto de inflexión para renovar, dinamizar y dar visibilidad al peronismo chubutense.
El peronismo en la provincia viene atravesando una etapa de replanteo y reconstrucción. En ese proceso, abrir el juego a la competencia interna permite que liderazgos y propuestas se ajusten mejor a las demandas de la ciudadanía. Es un ejercicio democrático que fortalece la participación y legitima a quienes resulten elegidos, dándoles mayor solidez para representar al conjunto del movimiento.
Las internas generan movimiento político, revitalizan las bases militantes y atraen la atención de los medios y de la sociedad. Lejos de pasar inadvertido, este proceso vuelve a poner al peronismo en la necesidad de construir una agenda para discutir ideas y proyectos, mostrando diversidad y capacidad de organización. Esta visibilidad reposiciona al espacio ante una sociedad que exige representatividad y compromiso con los problemas de los vecinos.
El desafío es que los comicios se desarrollen sin perder de vista la necesidad de construir una alternativa fuerte, unida y con capacidad de gobernar. Si se logra ese equilibrio, estas internas, en definitiva, pueden funcionar como un despertar político para el peronismo provincial. Quien gane -sea Luque o Bowen- lo hará con el aval de un proceso participativo, con más legitimidad y mayor visibilidad.
El próximo 3 de agosto no solo definirán candidaturas; será la oportunidad de marcar un antes y un después del peronismo chubutense. ¿la aprovecharán los protagonistas? Veremos de cara a octubre.