El incendio que comenzó el 30 de enero en Mallín Ahogado está marcando profundamente la historia de El Bolsón. Pero, en medio de la tragedia, la solidaridad de los vecinos y organizaciones, una vez mas, se puso de manifiesto.
El CEA N°3 (Centro de Educación Agropecuaria) se convirtió en uno de los puntos para coordinar la ayuda a los afectados, brigadistas y animales heridos.
Miriam Pighin y Natalia Carollo, responsables del CEA, contaron a Red43 cómo están trabajando para asistir a quienes más lo necesitan.
Centro de ayuda esencial
Desde el primer día del incendio, el CEA 3 abrió sus puertas. "Empezamos a trabajar de inmediato con la asistencia a los brigadistas, los voluntarios que están en la línea de fuego, y también con las familias afectadas", explicó Miriam.
El CEA se convirtió rápidamente en un punto de encuentro donde se canaliza la ayuda, las donaciones y los recursos necesarios para quienes luchan contra el fuego y quienes perdieron sus hogares.
Uno de los ejes principales del trabajo en el CEA N°3 es la provisión de viandas para los brigadistas y voluntarios. "Distintas organizaciones y vecinos de la comunidad traen las viandas y aquí las brigadas vienen a comer o las llevan directamente al lugar del trabajo", contó Miriam.
Ayuda para los afectados
El CEA N°3 no solo asiste a los brigadistas, sino también a las familias que perdieron sus hogares o sufrieron daños en sus propiedades. "Estamos trabajando con viandas, alimentos, fruta, ropa de trabajo, borsegos, cascos, guantes, todo lo que se necesita para garantizar la seguridad de quienes están trabajando en la zona", explicó Miriam.
Además, el Centro coordina la entrega de botiquines para la atención de heridas, quemaduras y otros accidentes relacionados con el incendio. "Tenemos colirios, productos para la prevención de infecciones y otros elementos necesarios para los brigadistas y la comunidad", contó Miriam. La respuesta ante las necesidades de los afectados fue inmediata, y el CEA N°3 tomó un papel fundamental al ser un centro de referencia para la distribución de recursos.
Atención a animales afectados por el fuego
El trabajo del CEA N°3 no se limita solo a las personas. En conjunto con un grupo de veterinarios, el Centro está proporcionando asistencia a los animales que resultaron heridos por el fuego. "Estamos atendiendo a perros, gatos y animales pequeños, y cuando detectamos animales grandes como vacas, caballos u ovejas, los veterinarios salen a las chacras para brindarles atención directa", explicó Miriam.
Apoyo logístico y recursos para la reconstrucción
Además de la asistencia directa a personas y animales, el CEA N°3 también está coordinando la distribución de recursos logísticos. En conjunto con la Universidad Nacional de Río Negro y el INTA, el Centro proporciona combustible para motosierras, motobombas y grupos electrógenos. "Muchas familias ya están regresando a sus hogares, pero no tienen electricidad. Por eso, distribuimos combustible y aceite para los grupos electrógenos", comentó Miriam.
"Nosotros no manejamos efectivo, no recibimos dinero. Lo que se necesita hoy son herramientas. La gente que perdió todo no tiene una pala, no tiene un machete, no tiene un tanque de agua. Las mangueras se quemaron, mangueras de una pulgada, de tres cuartos, con espigas, alambrados y ropa de trabajo", informó Natalia.
Dos evacuaciones
"En dos oportunidades tuvimos que sacar todo lo que había, como pudimos, las camionetas que estaban, la gente particular, compañeros, amigos, sacaron todo. Dejamos los autos en la ruta y estuvimos esperando a ver qué pasaba por acá".
En una de las evacuaciones más críticas, el fuego estuvo a solo 300 metros del CEA, pero gracias a la ayuda y la solidaridad de la comunidad, todo el equipo pudo evacuar a tiempo.
Restauración de lo sistemas productivos
Además de la reconstrucción de viviendas, uno de los principales priritarios para el CEA es la restauración de los sistemas productivos de la zona. "Nos está preocupando la situación de los sistemas productivos de Mallín. Sabemos que hay que reconstruir las casas, pero nuestra apuesta a futuro es, casi inmediato, poder restablecer los sistemas productivos", comentó Miriam.
Muchos de los productores de la zona perdieron no solo sus hogares, sino también sus herramientas y recursos para la producción, lo que hace aún más complejo el proceso de recuperación. "La ruralidad sin la producción corre riesgo", manifestó Miriam.
Un modelo de solidaridad y cooperación
El trabajo del CEA N°3 es un claro ejemplo de cómo la solidaridad y la cooperación entre organizaciones, vecinos y autoridades pueden hacer frente a una tragedia de tal magnitud. "Este Centro se ha convertido en un punto de encuentro donde confluyen todas las donaciones y las voluntades de la comunidad", afirmó Miriam.
A pesar de las dificultades, el esfuerzo colectivo permite que muchas familias y brigadistas reciban el apoyo necesario para continuar con la lucha contra el fuego y comenzar a reconstruir sus vidas.
- Ornella Perdomo -